lunes, 11 de octubre de 2010

como mínimo, una explicación

El oscurantismo se instala allá donde le dejan. Eso bien lo sabe el Partido Popular. Las últimas informaciones que vinculan al alcalde de Callosa de Segura, Javier Pérez Trigueros, con la operación Brugal ponen de manifiesto la extraña y ya constante relación que este partido político mantiene con la falta absoluta de transparencia en su gestión. Lo verdaderamente preocupante de esta situación no es que con tanta oscuridad alguno de ustedes caiga, sino que arrastre consigo a un municipio que nada tiene que ver con su más que deplorable manera de actuar. La aparición de un cargo político en la instrucción de un caso, como mínimo, exige una explicación. Los ciudadanos merecen conocer por qué el nombre de su alcalde sale en un sumario judicial. ¿Cuáles son las razones que han motivado su aparición en este turbio asunto? ¿A qué espera para explicarlas? ¿Acaso espera la llamada de los tribunales? No cree que sería mejor que en primer lugar aclarara este tema ante aquellos que un día le confiaron su voto y ante otros que, como yo, esperamos que su mayoría absoluta no le sirva para escudarse de sus responsabilidades ante los ciudadanos de nuestra localidad.

Ocupar un cargo público no es sinónimo de impunidad, es sinónimo de responsabilidad. Confiamos plenamente en la justicia y, sobre todo, respetamos al máximo la presunción de inocencia. Dejemos que los jueces hagan su trabajo y depuren responsabilidades. Ahora bien, si el juez acaba finalmente imputando al alcalde o algún otro miembro del equipo de Gobierno esperamos de igual forma que el ejercicio de responsabilidad, que se debe a la ciudadanía, se traduzca en la renuncia inmediata de sus cargos. No cabe otra opción.  Aquellos que han convertido la democracia en un juego sucio para enriquecerse no pueden dirigir la vida de aquellos que han elegido respetar las reglas. Simplemente no es justo. Como tampoco es justo que el nombre de Callosa de Segura aparezca asociado a un grave caso de corrupción y que la imagen de nuestro municipio se vea lastrada por esta espesa mancha, que tardará años en ser borrada de la memoria de todos. Este asunto es sucio, muy sucio. Tanto que los malos hedores que se desprenden de todo este entramado, relacionado con la contrata de basuras en la Vega Baja, han llegado hasta nuestra localidad. Ensuciar así el nombre de Callosa de Segura no tiene justificación alguna. Eso es obvio. Pero mantenerse callado sin rendir cuentas a los ciudadanos confiando en que el asunto pase sin más, como si aquí no hubiera sucedido nada, no tiene perdón y nuestra ciudad no se lo merece.

Ser alcalde de Callosa no significa tener carta blanca para hacer y deshacer a su antojo. Ante todo, debemos respeto a los ciudadanos. Y ese respeto se demuestra con el cumplimiento exhaustivo de las reglas establecidas. No hay excusas que valgan. Los políticos debemos estar siempre al lado de los ciudadanos y mirar sólo por sus intereses, y no por los personales. Una tiene la triste sensación de que este principio tan básico en política ha sido olvidado completamente otra vez por el Partido Popular.  Sr. Alcalde, ¡cómo mínimo, una explicación!

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